14 mayo 2012

El beso del final.


Por fin cayó el telón para los cuatro pilares de Wisteria Lane, después de 8 temporadas, 180 episodios, más de 50 muertes y muchos chantajes e intrigas Marc Cherry y ABC nos regalaron un capítulo final que si bien no fue el más emocionante ni nos mantuvo al borde de nuestro asiento, sí fue muy emotivo. Durante el final de 2 horas nos vimos rodeados de muchos clichés, bromas forzadas, situaciones más que vistas en otras series y películas, por ejemplo los contratiempos en la boda de Renee y la hija de Susan dando a luz en el momento menos oportuno.

¿Pero qué tipo sorpresas o nuevas intrigas podíamos esperar en dos horas?

Por supuesto ninguna, el final se hizo para cerrar historias y se puede decir que nos dieron lo que esperábamos. Era obvio que necesitabamos un final feliz para las esposas más queridas de la televisión, luego de hacerlas sufrir a lo largo de 8 años tenían que triunfar y ser felices. Por eso, la primera hora vimos a la señora McCluskey’s dar un discurso sobre lo que era vivir Wisteria Lane y el lazo de una amistad tan fuerte que une a sus habitantes, el cual hace que se cubran unos a otros a tal grado de echarse la culpa sobre el asesinato de el padrastro de Gabrielle, dejando a Bree en libertad; la segunda hora fue sobre la boda de Renee y la ley de la vida, nacer y morir, porque mientras en una escena Karen moría, en la otra la nieta de Susan llegaba al mundo y como era de esperarse la vida sigue y las cuatro amigas deben seguir su camino, cada una por diferentes motivos abandona la calle que guardó tantos secretos, la que fue testigo de alegrías, tristesas y promesas hechas con el corazón, todo terminó con una partida de poker donde las amigas se juraban seguir en contacto a pesar de la distancia y nunca descuidar ese lazo tan grande que las une, pero las promesas se hicieron para romperse y el destino se encargó de llevar por caminos muy diferentes a estas cuatro mujeres:

Bree se hizo presidenta.
Lynette se mudó a New York y ahí envejeció junto a Tom.
Gabrielle terminó con un programa sobre moda en la televisión.
Mientras que Susan fue testigo de la llegada de una nueva esposa a Wisteria Lane, una mujer que como ellas parece la persona más normal del mundo pero que esconde un oscuro secreto, del cual la calle Wisteria será testigo, una vez más.

Estas dos horas que Marc Cherry nos regaló como final nos hicieron recordar por qué Desperate Housewives fue lo es, una serie que muestra la vida secreta de toda ama de casa y lo fuerte que puede llegar a ser la amistad. Si bien, la serie pudo terminar hace 3 temporadas sin necesidad de que perdiera su esencia y tener más bajas que altas, el final les hizo justicia. Olvidemonos de raitings, criticas y falsas expectativas, el final de Desperate Housewives es para disfrutarlo, recordar lo vivido y llorar por la despedida.

Estoy casi seguro que los fans que acompañamos a las cuatro guerreras de los suburbios durante 8 temporadas completas quedamos complacidos.

Hasta siempre Wisteria Lane.

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