Los 20 de mayo siempre serán un día de duelo para los fans de Buffy
por ser el día en que la serie llegó a su fin después de 7 grandiosas
temporadas. Hoy después de 10 años de que fuera la temporada final de
esta serie no podemos dejar de recordarla (y extrañarla).
No sé si ustedes sepan pero antes de la serie Josh Whedon hizo una
película sobre Buffy que no fue del agrado de muchos incluso del propio
director. Entonces, en 1996 FOX no tenía nada que hacer (gracias a Dios)
y propuso a Whedon una serie de televisión basada en la cazadora
mientras sus productos principales estaban en receso. Y con un
presupuesto demasiado bajo se aventuraron con 12 capítulos para la
primera temporada y lo que pasó después todos lo sabemos.
Y es que, cómo olvidar todo lo que nos dio la última temporada de
Buffy. Pensamos que Dawn era una cazadora potencial, regresó Faith,
dejaron tuerto a Xander, Anya vuelve a ser un demonio vengador, Spike
recuperó su alma para gustarle más a Buffy e incluso vimos la reapertura
de Sunnydale donde la cazadora termina trabajando como consejera
estudiantil abrazando su vida como adulto responsable. Yo aún siento mis
mejillas mojadas después del capítulo final donde Spike se sacrifica
por la humanidad, incluso no se me olvida la emoción de ver a las
potenciales convertidas en cazadoras luchando para salvar el mundo y
mucho menos el estrés que me provocó ver a la pandilla huyendo de
Sunnydale para no ser tragados por la boca del infierno; lo que nos dejó
la pregunta del millón “y ahora Buffy ¿qué vamos a hacer?”.
La respuesta a esa pregunta nos la dieron en las dos siguientes
temporadas de Buffy que vieron la luz sólo en comic. Donde Buffy vive en
Escocia junto a sus amigos y continúan con el entrenamiento de las
cazadoras. Warren y la bruja Amy regresan de los muertos y juran
venganza contra la cazadora quien a su vez conoce a Satsu una cazadora
lesbiana con la que de enreda en cierto punto de la historia (?).
En esta temporada Buffy hace un viaje en el tiempo y descubre que Willow
será mala de nuevo e intenta (fallidamente) matarla. A eso le agregamos
un nuevo villano “Twilight” (no brilla bajo el sol) que puede volar y
es más fuerte que la cazadora (?). Después de todos estos enredos en la
novena temporada Buffy destruye la fuente de magia en el mundo, Xander y
Dawn deciden alejarse y llevar una vida normal; siendo Willow la más
afectada por la decisión de Buffy.
No sé ustedes, pero en el fondo de mi corazón agradezco que las últimas dos temporadas de Buffy de quedaran sólo en papel.
A pesar de haber sido una serie para teenagers, Buffy la Cazavampiros
fue más allá de una simple serie con una rubia ex porrista que termina
salvando al mundo en varias ocasiones. La serie ha dado lugar a los
“Buffy Studies” que son libros y artículos que abordan la filosofía,
psicología, sociología y el estudio sobre el papel de la mujer visto en
la serie. Incluso Harvard ha manejado debates por la influencia de la
serie en la cultura pop y la forma en que manejó temas y problemáticas
sociales. Incluso institutos en Australia, Nueva Zelanfa, Tenerife y
Canadá tienen asignaturas basadas en la serie y la tesis de Joseph
Campbell (Viaje del Héroe) resaltando la trayectoria de la cazadora que
pasa de su mundo ordinario a recibir el llamado del destino, las pruebas
que debe superar, etc. El simple hecho de elegir a una rubia que es la
primera en morir en cualquier película de terror como la heroína nos
indica la lucha para abolir los estereotipos en estas historias.
Quien diría que una serie de vampiros con 7 temporadas y 144
capítulos iba a generar todo un buffyverso que influiría a varias
generaciones que sufrimos, amamos, lloramos, odiamos y nos emocionamos
capítulo tras capítulo.
Porque como todos sabemos:
“In every generation there ir a Chosen One. She alone will stand against vampiries, the demons and the forces of darknesd. She is the Slayer”.
¡Larga vida a Buffy Summer!
XoXo.